Durante la Edad Media, cuando los escribas encontraban citas griegas en los textos que copiaban, solían escribir graecum est, non legitur (es griego, no se lee) en el margen de la página, porque ignoraban el griego y sus letras. Esta frase tuvo éxito y la encontramos de nuevo, por ejemplo en este fragmento de El ingenioso hidalgo Don Miguel de Cervantes Saavedra de Francisco Navarro y Ledesma, cap III, cuando compara el nivel de estudios de Salamanca y de Alcalá de Henares en el año 1550:
Los nobles, los largos de bolsa, los que no se podían mover sin la autoridad de una caterva de ayos, pajes y escuderos, preferían ir a Salamanca, donde ya desde siglos antes se hallaba todo apercibido para la huelga, y las Musas, blandas y apacibles, ofrecían sus brazos, más como seguidoras de Venus que de Apolo. Ved los libros de matrículas en Salamanca y tendréis una guía de los linajes famosos españoles. Allí fue donde se llegó a decir el refrán escolar graecum est, non legitur, con que los cuellierguidos estudiantes daban a entender que, desde la alfa a la omega, les estorbaba lo negro. A singular honra tenía Alcalá el no conocerse en sus aulas tal frasecilla denigrante.
Con esta expresión escribas y estudiantes manifestaban que el griego les resultaba ininteligible. La frase latina Graecum est, non legitur, pasó también al inglés con un equivalente it's greek to me, es griego para mí, frase atribuida a William Shakespeare, en Julio César (1601):
"But, for my own part, it was Greek to me". - (Act I, Scene II).
Y del mismo modo perduró en castellano pues "hablar en griego" seguiría siendo sinónimo de hablar una lengua incomprensible. En los diccionarios de la Real Academia Española a partir de 1822 y en 1852 hablar en griego es hablar de manera superior a la inteligencia del que oye.
Es el año 1846, en el Nuevo diccionario de la lengua castellana de Vicente Salvá donde se da un paso más pues en el adjetivo griego leeemos igualmente que hablar en griego, es hablar de manera superior a la inteligencia del que oye, pero también aparece la palabra gringo: Apodo que se da al que habla una lengua extraña. En la américa meridional llama así la plebe a todos los extranjeros, señaladamente a los italianos. HABLAR EN GRINGO, fr HABLAR EN GRIEGO.
Poco después en el año 1869 la DRAE recoge la palabra gringo por primera vez y la define como: Voz usada familiarmente. Vale tanto como GRIEGO en esta frase: HABLAR EN GRINGO, hacerlo en lenguaje ininteligible.
Sin embargo gringo estaba ya en el Diccionario Castellano con las voces de ciencias y artes de Esteban de Terreros (1765-83) quien explica que «gringos llaman en Málaga a los extranjeros, que tienen cierta especie de acento, que los priva de una locución fácil y natural castellana, y en Madrid dan el mismo nombre con particularidad a los irlandeses».
Es decir, que gringo se usaría para referirse a extranjeros que tienen dificultad para hablar castellano con naturalidad. Por lo que lo más probable es que gringo es una evolución de la palabra griego. En este sentido nos dice Joan Corominas (1954, II 783-784, s.v. griego) que la palabra gringo deriva de griego , en dos fases: griego > grigo y de grigo> gringo.
En América el vocablo se popularizó con variantes: en México es usado casi exclusivamente para referirse a los estadounidenses; en la Argentina se aplicó en la primera mitad del siglo xx a los italianos, aunque actualmente se tiende a usarlo para denominar también a los norteamericanos.
Hay otras explicaciones para la etimología de la palabra gringo que parecen lógicas, pero están situando el origen de la palabra en el siglo XIX. Y esto, contrastado con el hecho de que la palabra “gringo” aparece escrita en España en el siglo XVIII en el Diccionario Castellano con las voces de ciencias y artes (1786-1793), pierde toda su fuerza.
Qué os parece? Griegos y gringos.....